He acabado este top, que en realidad se llama Summer Swing (columpio de verano)
Lo he hecho en cotonino, de ovillos.com, que contiene 60% de algodón reciclado y 40% de acrílico.
El color lo elegí yo con aveniencia de mi marido: rosa fucsia. La última foto es en la que se ve mejor el color.
En esta primera es más fucsia
En esta, parece rosa salmón
En esta creo que es lo más parecido al color. Una pasada.
Tejer en redondo es peligroso. Porque hasta el final, no te enteras de cómo ha quedado.
Este top, se empieza desde abajo, con trescientos y pico puntos que son los que marcan las ondas.
El peligro es que en las primeras vueltas, se retuerza. Y eso me pasó a mi. Hice un apañito y lo conseguí arreglar. Porque deshacer tantos puntos era un agobio.
Una vez montadas las ondas, toca hacer el calado.
Parece sencillo pero no lo es en absoluto.
Lo más difícil son la uve de rombos que hay ente los motivos grandes. Cuando se tienen tantos agujeros, no sabes si el agujero es para un lado para hacer el rombo derecho o para el otro, para hacer el izquierdo.
Total que, la pifié unas cuantas veces, y me faltaban puntos o me sobraban. La experiencia que es la madre de las ciencias, hace que se solucione el problema: si me faltaban puntos, no hacía reducción delante o detrás de las hebras. Si me sobraban, menguaba más.
Para hacer agujeros no hay más que dos maneras: dos puntos juntos, hebra y hebra, pasar un punto sin hacer, hacer el siguiente y pasar el primero sobre el segundo. El primero es para agujeros hacia la derecha; el segundo, para agujeros hacia la izquierda. Si queremos hacer doble reducción, combinamos ambas reducciones: hebra, un punto sin hacer, dos puntos juntos, pasamos el punto sin hacer sobre estos dos puntos juntos, hebra.
Al llegar a las sisas, reducimos, y dejamos aparte. Entonces ya vemos cómo va el top, más o menos.
Hacemos mangas, reducimos sisa, y enganchamos al cuerpo del top. Y ahí ya tenemos muchos puntos y 4 marcadores para ir reduciendo el ranglan.
Volvemos a no ver por dónde vamos, y seguimos reduciendo según dice el patrón.
No tengo agujas redondas del 3 y medio, así que hice el cuello con el mismo número.
Llega el remate, y uso una aguja recta, porque odio los cuellos desbocados. Hay riesgo de que no me entre por la cabeza. Avanzamos temblando hasta que ya quedan pocos puntos y se ve que mi melón entra perfectamente, y sobrado. No me gusta que los jerseys y tops queden demasiado justos de cuello. Y menos aún los de verano.
Rematamos y llega el momento tenso: probarlo. Me tapo los ojos, me miro al espejo de reojo y respiro: ha quedado precioso
Había visto hace tiempo un jersey que me encantaba. Es de tipo irlandés, o sea de ochos varios. De los difíciles, que son los que más me gustan.
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